Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo,
tu todo, tu esclavo,
tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino…
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir
“toma mi dirección cuando te hartes de amores
baratos de un rato… me llamas”.
Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu “ven”,
tu manta y tu frió,
tu resaca, tu lunes, tu hastío…
O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.
Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu día.
Tu rencor, tu por que, tu agonía…
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar
ESPACIO DEDICADO A LA RECOPILACIÓN DEL PENSAMIENTO HUMANO
EN DISTINTAS FACETAS DEL TIEMPO ,DEL AMOR, Y DEL DESAMOR
26/12/09
A LA ORILLA DE LA CHIMENEA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario